El sistema de fiscalización de drogas de la ONU es bien conocido por sus ambicioso objetivo de reducir de manera significativa ―o incluso de erradicar― el mercado mundial de las drogas, una de las metas que se fijó en la segunda Sesión Especial de la Asamblea General, la UNGASS, celebrada en 1998. Pero mucho ha cambiado desde entonces. En la cuarta reunión entre períodos de sesiones de la Comisión de Estupefacientes (CND), un grupo de especialistas discutió cómo ha ido evolucionando el vocabulario de las Naciones Unidas en materia de drogas desde la primera UNGASS, en 1990. ¿Le interesa?

Puede leer el informe aquí (solo disponible en inglés)

El TNI lleva años dedicando una gran parte de su atención a las políticas de control de drogas relacionadas con la producción de cultivos y el desarrollo alternativo. El programa trabaja en estrecha colaboración con productores y productoras de cannabis, opio y coca, así como con sus representantes y familias, cuyas voces suelen quedarse al margen de los espacios de decisión. ¿Le gustaría mantenerse al corriente de nuestros estudios y actividades de incidencia relacionados con este tema?  

A pesar del importante papel que desempeña Paraguay como proveedor de cannabis en Sudamérica, resulta sorprendente la falta de estudios rigurosos sobre las consecuencias que ello supone para su propia sociedad y para los países vecinos. La semana pasada, Pien Metaal, coordinadora del programa Drogas y Democracia del TNI, viajó a Paraguay para discutir la cuestión con expertos e investigadores locales, y compartir las principales conclusiones de un estudio que hemos publicado recientemente sobre el tema.